La crioterapia es un tratamiento que utiliza el frío extremo con el fin de producir efectos beneficiosos en el cuerpo.
A continuación, exploraremos sus beneficios, diversas aplicaciones, precauciones y reconociendo su papel como una técnica ventajosa en el ámbito de la fisioterapia.
Contentenido
Inicios de la crioterapia
La práctica de la crioterapia tiene sus raíces en la antigua Grecia, donde Hipócrates, considerado el padre de la medicina moderna, aplicaba el frío para tratar lesiones musculares y diversos trastornos de salud.
Aunque sus inicios se remontan a esa época, fue en el siglo XIX cuando el médico británico James Arnott adoptó formalmente el uso terapéutico del frío, empleando compresas frías para tratar la neuralgia y otras afecciones de salud.
En la década de 1970, la crioterapia se popularizó en Japón con el desarrollo de la técnica de la criocámara.
Esta innovación implicó exponer el cuerpo humano a temperaturas extremadamente bajas durante un breve periodo.
Desde entonces, se ha experimentado un aumento en su popularidad a nivel mundial y, en la actualidad, se emplea para abordar una diversidad de trastornos de salud.
La Crioterapia – Terapia de Hielo
La terapia de frío es un procedimiento que emplea temperaturas extremadamente bajas, utilizando nitrógeno líquido a -196ºC, para tratar lesiones cutáneas superficiales.
Este nitrógeno, de baja temperatura, se libera de manera controlada y localizada sobre la lesión durante breves segundos mediante un dispositivo similar a un termo-sifón, conocido como aparato de crioterapia.
Este procedimiento logra la congelación y destrucción de células anormales en la piel y se emplea para eliminar diversas lesiones cutáneas como queratosis actínicas, lentígenos actínicos, verrugas, entre otras.
El objetivo del tratamiento es congelar y destruir las lesiones específicas, preservando el tejido sano circundante a la lesión.
Al exponer la piel al frío, se reduce su temperatura, lo que resulta en una disminución en la velocidad de transmisión de las fibras nerviosas.
Esto eleva el umbral de dolor, generando un efecto hiperalgésico.
Métodos más utilizados en la Crioterapia o Terapia de Frio
De cuerpo entero
Este método implica la exposición de todo el cuerpo a temperaturas extremadamente bajas, generalmente en una cámara criogénica.
La persona entra en la cámara durante un corto período, y la temperatura puede descender a niveles tan bajos como -110 a -160 grados Celsius.
La sesión suele durar unos pocos minutos, y se supone que ayuda a obtener beneficios generales para la salud.
Crioterapia Localizada
En este enfoque, el frío se aplica directamente a áreas específicas del cuerpo. Esto se puede hacer mediante la aplicación de hielo, bolsas de gel frío o dispositivos especializados.
Es comúnmente utilizado para tratar lesiones deportivas, reducir la inflamación y aliviar el dolor en áreas localizadas.
Criosauna
Similar a la crioterapia de cuerpo entero, la criosauna es una cabina sellada que expone el cuerpo a temperaturas extremadamente bajas.
Sin embargo, a diferencia de la cámara criogénica tradicional, la criosauna es más pequeña y la cabeza del individuo generalmente permanece fuera de la cabina.
Compresas Frías
La aplicación de compresas frías es una forma simple y accesible de crioterapia localizada.
Se utilizan paquetes de hielo o compresas frías en áreas específicas para reducir la inflamación y aliviar el dolor.
Baños Fríos
Sumergirse en agua fría, también conocido como baño frío, es otra forma de crioterapia.
Esto puede realizarse en bañeras con agua fría o mediante la inmersión en agua helada, especialmente después de actividades deportivas intensas.
Indicaciones para su Aplicación
La crioterapia puede ser recomendada en diversas situaciones para aprovechar sus posibles beneficios terapéuticos. Estas pueden ser situaciones en las que podría considerarse el uso de la crioterapia:
- Lesiones Musculares y Articulares: La crioterapia localizada puede ser beneficiosa para reducir la inflamación y aliviar el dolor asociado con lesiones musculares y articulares, como esguinces, distensiones y contusiones.
- Postoperatorio: Después de ciertas intervenciones quirúrgicas, la crioterapia puede ayudar a reducir la hinchazón y proporcionar alivio del dolor en el área afectada.
- Lesiones Deportivas: Los atletas a menudo recurren a la crioterapia para acelerar la recuperación después de entrenamientos intensivos o competiciones, ya que puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor muscular.
- Tratamiento de Migrañas: Algunas personas encuentran alivio de las migrañas mediante la aplicación de crioterapia en la región craneal.
- Procesos Inflamatorios Crónicos: En condiciones médicas crónicas que involucran inflamación, como la artritis reumatoide, la crioterapia puede ayudar a gestionar los síntomas y mejorar la calidad de vida.
- Rehabilitación Deportiva: Los programas de rehabilitación después de lesiones deportivas a menudo incorporan la crioterapia para ayudar en la recuperación y reducir el tiempo de inactividad.
Es importante tener en cuenta que, si bien la crioterapia puede ser beneficiosa en muchas situaciones, su aplicación debe realizarse bajo la supervisión de profesionales de la salud y ajustarse a las necesidades específicas de cada individuo.
Beneficios en la salud
La crioterapia ha encontrado numerosas aplicaciones en el ámbito de la salud y la medicina. Inicialmente, en 1978, el Dr. Yamaguchi enfocó la crioterapia hacia el alivio del dolor en pacientes con artritis reumatoide.
Sin embargo, no se limita únicamente al tratamiento de la artritis reumatoide; ha demostrado ser efectiva en diversas patologías para aliviar los síntomas.
A continuación, se presenta una lista de enfermedades en las cuales la crioterapia ha mostrado éxito.
- Artritis
- Artrosis
- Reumatismo
- Fibromialgia
- Osteoartritis
- Dolor crónico
- Asma bronquial
- Trastornos inmunomediados (la crioterapia promueve la activación del sistema inmune)
- Dermatitis atópica
- Neurodermatitis
- Espondilitis anquilosante
- Esclerosis múltiple
- Parálisis cerebral infantil (la crioterapia reduce los espasmos)
- Síndrome de la columna vertebral
La Crioterapia en el Ámbito Deportivo
La creciente adopción de la crioterapia por parte de numerosos atletas de élite se debe a sus beneficios en la reducción de los tiempos de recuperación, la prevención de lesiones y la mejora general de la condición física.
Por lo tanto, la crioterapia deportiva encuentra indicación en:
- Potenciación del rendimiento previo al ejercicio (a través del aumento del flujo sanguíneo tras la exposición al frío).
- Facilitación en la recuperación post-esfuerzo.
- Apoyo en la recuperación de lesiones.
Las lesiones en las que más se utiliza son:
- Dolor articular
- Tendinitis
- Microrroturas fibrilares
- Sobrecargas musculares
- Traumatismos
Por todo esto, muchos deportistas incluyen la crioterapia en sus sesiones de entrenamiento.
Propósito de la crioterapia
La terapia de frío, se ha utilizado con diferentes propósitos terapéuticos, y aunque los beneficios pueden variar según la aplicación específica y la condición de la persona, aquí se destacan algunos de los posibles beneficios:
- Reducción de la Inflamación: Puede ayudar a disminuir la inflamación al provocar vasoconstricción, reduciendo así el flujo sanguíneo y limitando la liberación de sustancias inflamatorias.
- Alivio del Dolor: La exposición al frío puede tener un efecto analgésico al reducir la velocidad de conducción nerviosa y disminuir la sensación de dolor.
- Mejora de la Recuperación Muscular: Después del ejercicio intenso o lesiones deportivas, la crioterapia puede contribuir a la recuperación muscular.
- Reducción de la Hinchazón: La vasoconstricción inducida por la crioterapia puede ayudar a reducir la hinchazón en áreas lesionadas o inflamadas.
- Estimulación del Sistema Nervioso Central: La exposición al frío puede activar el sistema nervioso central, lo que puede tener efectos positivos en el estado de ánimo y en la liberación de endorfinas.
- Mejora de la Circulación Sanguínea Localizada: Aunque la crioterapia conlleva inicialmente a la vasoconstricción, posteriormente puede provocar vasodilatación, mejorando así el flujo sanguíneo en la zona tratada.
Riesgos y Contraindicaciones
Aunque la terapia de frio puede tener beneficios en ciertas situaciones, también presenta algunas contraindicaciones y riesgos potenciales que deben ser considerados.
Algunas de las contraindicaciones y precauciones asociadas con la crioterapia incluyen:
- Problemas Cardiovasculares: La crioterapia puede aumentar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, por lo que no es recomendable para personas con problemas cardiovasculares no controlados.
- Hipertensión no Controlada: Aquellas personas con hipertensión arterial no controlada deben evitar la crioterapia, ya que puede agravar la condición.
- Problemas Respiratorios: La exposición al frío extremo puede causar constricción de las vías respiratorias, lo que podría ser perjudicial para personas con problemas respiratorios, como el asma.
- Impedimentos Neurológicos: Aquellas personas con neuropatías periféricas u otras condiciones neurológicas deben tener precaución, ya que la crioterapia podría aumentar el riesgo de lesiones.
- Problemas Circulatorios: La crioterapia puede afectar el flujo sanguíneo, lo que podría ser problemático para personas con trastornos circulatorios, como la enfermedad de Raynaud.
- Lesiones Cutáneas Abiertas o Infecciones: La crioterapia localizada no se debe aplicar sobre heridas abiertas, infecciones cutáneas o áreas con mala circulación, ya que puede empeorar la condición.
- Condiciones Médicas Graves: Personas con enfermedades graves, como diabetes no controlada o cáncer en fase avanzada, deben consultar con un profesional de la salud antes de someterse a crioterapia.
Es crucial que cualquier persona interesada en la crioterapia se someta a una evaluación médica previa para garantizar que sea segura.
Además, la crioterapia debe ser administrada por profesionales capacitados.
Resumen
Su propósito central es reducir la inflamación y aliviar el dolor, convirtiéndose así en una herramienta esencial en la fisioterapia y en los procesos de rehabilitación.
Esta técnica ha demostrado su eficacia en una amplia variedad de objetivos terapéuticos, desde el alivio del dolor muscular hasta la mejora significativa de la circulación sanguínea.